Ninguna organización es capaz de transformarse para adatarse a los tiempos sin conocimiento de cuáles son las necesidades demandadas por la sociedad. Y ninguna transformación es posible sin formación y liderazgo.

Las organizaciones sanitarias también están sujetas a cambios, derivadas de las necesidades de los pacientes que demandan una atención cada vez más personalizada, que resuelva sus problemas de salud lo más cerca posible de su domicilio, con acciones concretas hacia la cronicidad, que reclaman también acciones de promoción de vida saludable, con pacientes cada vez más informados y que desean ser partícipes de su autocuidado, potenciando al máximo su autonomía individual.

Para ello las organizaciones sanitarias deben transformarse en organizaciones más abiertas que permitan satisfacer estas necesidades.
Desde ARGES entendemos que para esta transformación no basta con realizar cambios estructurales, ni de reingeniería de procesos, tampoco con la introducción de tecnologías que faciliten el seguimiento de los pacientes o la introducción de potentes sistemas de información que permitan desarrollar modelos predictivos, y redes de conocimiento que faciliten incorporar las mejores prácticas asistenciales y de gestión. Tampoco es suficiente con reorganizar los recursos humanos procurando una mayor coordinación e integración entre niveles asistenciales que permitan el centralismo del paciente. Todo ello es necesario sin duda, pero la profunda trasformación solo es posible desde la adecuada formación de los profesionales de la salud.

Por ello, desde ARGES abogamos por la formación reglada, ajena a otros intereses que no sean los puramente académicos, que facilite el desarrollo de un liderazgo basado en una mejor formación que permita desarrollar estrategias de cambio, que dé como resultado gestores profesionales que demuestren competencias y conocimientos acordes con las nuevas necesidades.

En ARGES entendemos que son necesarios lideres transformacionales que cuenten con habilidades de comunicación y directivas, que faciliten la participación activa y motivacional de los profesionales, que crean y hagan crecer a los miembros de su equipo, que se preocupen por ellos y sean inspiradores, para conseguir una organización sanitaria capaz de adaptarse a las demandas de la sociedad de un modo sostenible en el tiempo.